El Presidente evitó un encuentro con el economista antes de subirse al avión que lo llevó a España. Ya está definido quién presidirá el Consejo de Mayo y buscan achicar la mesa de negociación.
Animado por el protocolo y las ofrendas de bienvenida del acto del día de la Bandera en Rosario, Javier Milei se comió unas medialunas, igual que sus compañeros de Gabinete, antes de subirse al avión que lo traería a Buenos Aires. El vuelo fue calmo y conversado. Igual que la llegada. Desde Aeroparque hasta la Casa Rosada, el Presidente siguió la rutina pautada: una reunión trascendente con los gobernadores de Tucumán, Salta, Catamarca y Jujuy acompañado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que sucedió con una charla amena y sin ningún apuro.
Cuando terminó el encuentro, se fue a la Quinta de Olivos, como estaba previsto, donde recibiría finalmente a Federico Sturzenegger para definir los detalles del ingreso del economista al Poder Ejecutivo. Pero otra vez, no sucedió. El anuncio más pospuesto de la era Milei entró en un terreno pantanoso. Argumentando dolor de panza por las harinas de la mañana, el Presidente se fue a España sin acordar ni anunciar nada ¿Por qué? La respuesta es sinuosa.
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Crece una enorme indefinición por la letra chica. Santiago Caputo prefería una Secretaría, pero el Presidente sostuvo esta semana que le daría a Sturzenegger un Ministerio. ¿Qué atribuciones contendrá? Esa es la clave de tanta demora. El encuadre de un área de desregulación y modernización del Estado no le alcanza al economista. Quiere tener decisión sobre privatizaciones y concesiones, una zona que le pertenece a “Toto” Caputo.
El problema no es sólo de organigrama. Todavía hay altísimos funcionarios que recuerdan con padecimiento cuando leyeron los más de 600 artículos de la ley Bases que contenían una serie infinita de transformaciones imposibles de aplicar en la práctica. Una confusión de deseo con realidad en una persona muy vehemente. El titular de un organismo económico estratégico recuerda cuando, antes de mandar el proyecto al Congreso, le pidieron opinión sobre uno de los capítulos que cambiaba completamente las reglas del comercio. Le contestó que esto requeriría modificaciones imposibles de lograr. Sturzenegger le retrucó: “Ustedes son burócratas del Estado”. Tuvo que intervenir una tercera persona desvinculada del Gabinete para hacerlo entrar en razones.
Entre la cartera de Economía y el ex presidente del Banco Central, se conocen demasiado. Por eso hay quiénes se preguntan cuál es la salida de este laberinto. El Presidente intentó ordenarlo cuando le dijo a Joni Viale que el jefe era él y que nadie le iba a “tocar el culo” a Toto Caputo. Se sabe en política que estas aclaraciones, generalmente, oscurecen.
Lo cierto es que Milei, por segunda vez en cuatro días, dejó en el aire un anuncio que tensiona las certezas del ministro de Economía y que preocupa por las turbulencias que puede generar si estas negociaciones de la previa se convierten en conflictos después de su designación.
Pacto de Mayo
A la vuelta del viaje presidencial a Europa, además del affaire Sturzenegger, quedó abierto el camino hacia el nuevo Pacto de Mayo, que tiene en estos días la elaboración de un decreto para la creación del Consejo de Mayo, un organismo que posiblemente presida Guillermo Francos y que buscará lograr una mesa chica que integren representantes de las provincias, de los sindicatos, de la industria, los partidos políticos.
“Todas las corpos”, suelen decir irónicamente en los despachos del ala presidencial de la Casa Rosada. Es una constitución compleja: ¿cuántos sindicalistas deberían ir para representar al conjunto con todas sus divisiones internas? Esa pregunta vale para todo. “Si no achicamos la mesa y son 200, esto será una pérdida de tiempo, dicen los organizadores”.
Buscan que después del 9 de julio, se organice periódicamente la reunión de estos representantes para avanzar en leyes y normas los diez puntos de consenso. Parece improbable todavía imaginar ese escenario. Mientras tanto, la puesta del acto en Tucumán ya empieza un trabajo contrarreloj y la hermana del presidente es una pieza clave.
La gestión de Karina
Karina Milei despliega su influencia en zonas cada vez más diversas. Desde una acción, si se quiere simbólica, como la realización del Pacto de Mayo (su equipo organizó el abortado plan que se realizaría en el Salón de los Pasos Perdidos en el Palacio de los Tribunales) y los eventos del próximo 9 de julio, hasta decisiones más políticas y electoralmente estratégicas, como su opinión e intervención en el seguimiento de adónde y sobre todo a quién va la ayuda social que distribuye Capital Humano. Ese abanico de autoridad se expande también a la Cancillería y en cada uno de estos movimientos, Santiago Caputo, opina y aporta. Si se quiere mirar más profundamente la línea de objetivos y transformaciones de más largo plazo de este gobierno libertario, sirve observar lo que está pasando en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Tal como adelantó Carlos Pagni esta semana, hay una abogada, Úrsula Basset, que no tiene designación formal, pero sí despacho y volumen político en la cartera que maneja Diana Mondino, una funcionaria que no logra detener los rumores sobre su continuidad. Basset, abogada recibida en a UBA con un doctorado en la UCA adonde da clases de derecho de familia, es particularmente conocida por ser referencia intelectual entre quienes opinan en contra del aborto, la interrupción voluntaria del embarazo y la educación sexual integral. Esa agenda libertaria de “cambio cultural” empieza a derramar cambios históricos de posición de nuestro país en organismos internacionales. Algunos no son solo inéditos. Son insólitos. Esta semana sucederá en Paraguay la Asamblea de la Organización de Estados Americanos, que tiene como embajadora a Sonia Cavallo, la hija mayor del exministro.
El martes pasado, Sonia defendió en la sesión del Consejo General de la OEA, una posición que Argentina agregó en los borradores de discusión de los temas que se tratarán este año, En el capítulo sobre Haiti, pidió retirar la discriminación sobre violencia sexual porque considera que la violencia -en general- engloba todo el problema. Puede sonar a tecnicismo diplomático, pero valen la pena los cuatro minutos que utiliza el representante de Estados Unidos para dedicarse detalladamente a lo grave que le resulta la posición argentina: dice que esa consideración en un país donde las mujeres y las niñas de menores ingresos sufren altísimos porcentajes de violencia sexual, que en muchos casos terminan en la muerte, es inaceptable. Lo mismo hizo México, un país que no suele compartir opiniones con EEUU en estos organismos.
Sonia escuchó estoica las críticas de sus pares y, en el video oficial de la transmisión, se la ve incómoda cuando responde: “Entiendo que las propuestas no son aceptadas, pero mantenemos nuestra posición”.
Por último, en el largo listado de diferencias que expresa la representación argentina en el borrador de la Resolución de la OEA, hay un apartado también altisonante: “Argentina desea hacer claro que no adhiere a explicaciones del cambio climático monocausales” ni que considera la salud del planeta como un derecho humano. La explicación antropogénica del cambio climático que se sostiene mayoritariamente en todos los organismos internacionales entiende que la actividad humana es la generadora de las alteraciones del clima.
En la comitiva oficial para la Asamblea General que empieza el miércoles en Asunción, está inscripta como delegada Úrsula Basset. Son anécdotas reveladoras del cambio cultural.
La revolución de Davos
Esta semana, con Joni Viale, el Presidente dijo que su discurso en Davos fue el disparador del resultado de las elecciones en el Parlamento Europeo, donde sobresalieron triunfos de la ultraderecha en países como Francia y Alemania. Está a la vista que ese es el recorrido que más disfruta. Su nueva visita a España es un fenómeno en ese país.
Rápida de reflejos, Isabel Díaz Ayuso, la dirigente de derecha más popular, confirmó un encuentro con él y la entrega de una medalla que ahora le discuten como ilegítima por no cumplir el protocolo. Ayuso, se sabe, es del Partido Popular (no tan a la derecha como Vox, la agrupación a la que Milei visita asiduamente). Con velocidad, Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, se dio un baño de masas con el Presidente argentino. Por las dudas, no invitó al titular del PP, Alberto Nuñez Feijóo. Quiso compartir escenario sólo con Milei. Internas hay en todos lados.