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Huracán y Boca hablaron más de lo que jugaron

Empataron sin goles en el Ducó en una noche con poco para rescatar

Se jugó poco y mal en un partido que, para colmo, se fue caldeando por el flojo arbitraje de Mastrángelo. Hubo más polémica por un penal a favor del Globo anulado por el VAR.

Había mucho en juego en la noche de Parque Patricios. Y el pobre empate 0 a 0 entre Huracán y Boca dejó todo en el mismo lugar en el que estaba. Huracán quedó con 43 puntos y no pudo superar la línea de Vélez que este domingo enfrentará en Mendoza con Godoy Cruz. Y Boca, que jugó con una formación que mezcló titulares y suplentes (volvieron a jugar Sergio Romero y Frank Fabra), se ubicó en la tabla anual a tres puntos de Talleres (63 a 60) en su lucha por llegar a la próxima Copa Libertadores que parece haberse beneficiado con la consagración de Racing en la Copa Sudamericana.

El final fue polémico y turbulento, a tono con lo que fue el partido. A los 45 minutos, Alfonso habilitó a Mazzantti que cuando entró al área, aguantó un empujón del uruguayo Saracchi y pareció en un principio haber sido enganchado por el arquero Sergio Romero. El árbitro Hernán Mastrángelo dio el penal pero a instancias de Germán Delfino en el VAR, retrotrajo su decisión por entender que en realidad, Mazzantti se cayó luego de haberlo pisado a Romero y que el empujón de Saracchi no tenía entidad de falta. 

A los dos minutos, Janson habilitó a Zenón cuyo zurdazo cruzado pasó bastante cerca del poste izquierdo del arco de Galíndez. Y después no pasó más nada. Huracán y Boca hicieron un primer tiempo trabado, cortado, luchado y sin llegadas que el arbitraje de Mastrángelo sólo ayudó a empeorar. En cada interrupción, el juez consumió mucho tiempo apercibiendo a los jugadores. Trató de conducir hablando y de explicar cada una de sus decisiones y eso le quitó ritmo al juego que muy pronto cayó para el lado del aburrimiento.

Hubo un rato en el primer cuarto de hora en el que Fatori manejó la mitad de la cancha y distribuyó bien la pelota. Pero fue eso, apenas un rato en el que Huracán insinuó algo más que Boca. Después, los dos se igualaron para abajo en las ganas de pelear antes que jugar. Y sobre el cierre de la etapa, un grupo de plateistas locales no tuvo mejor idea que insultar y arrojar bolsas con agua a los suplentes de Boca entre quienes se encontraban Gary Medel y Marcos Rojo. El partido se detuvo doce minutos y fue lo que último que se necesitaba para que los primeros cuarenta y cinco resultaran decepcionantes, directamente irrescatables. Tanto que de los cincuenta y seis minutos que se disputaron, apenas hubo diecinueve de juego neto.

Como Boca no se aproximó al arco de Galíndez (Aguirre y Janson no gravitaron por los costados y Cavani no recibió juego), Fernando Gago movió el banco en el entretiempo. Entraron Pol Fernández y el peruano Advíncula y salieron Aguirre y Barinaga. Pero no hubo caso. Boca tuvo más la pelota pero se le notaron todos su problemas de generación de juego. Después ingresaron Milton Giménez por Cavani y Zeballos por Zenón pero no hubo caso. Todo siguió tan mal como antes y Boca no pudo proseguir su serie de tres triunfos consecutivos.

Huracán empujó pero tampoco tuvo fuerza y claridad. Ingresaron Alfonso y Abila por Cabral y Ramírez pero no pudieron corregir la falta de gol de Huracán que volvió a fallar como local y a desperdiciar una buena oportunidad de superar a Vélez en la punta de la tabla y a tres fechas del cierre. La jugada del final sólo le agregó polémica y discusiones a una noche sin fútbol en la que hubo demasiados con ganar de pelear y casi nadie con voluntad de jugar.  

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