El calentamiento que sufren los océanos afecta a las fuentes de alimento de muchos de los animales marinos de las Galápagos. Las iguanas marinas —una de las muchas especies endémicas o únicas de este archipiélago— tienen más dificultades para encontrar las algas rojas y verdes de las que se nutren. Las tortugas marinas intentan desovar enfrentándose a temperaturas más cálidas. El desarrollo de las crías se vuelve más difícil a medida que el agua se calienta y hay menos nutrientes disponibles.
Las Galápagos siempre han sido sensibles a los cambios en la temperatura del océano. El archipiélago en sí está ubicado en un punto donde convergen las principales corrientes oceánicas: una fría desde el sur, otra cálida desde el norte y una corriente ascendente fría desde el oeste. Luego está El Niño, el calentamiento periódico y natural del Océano Pacífico que afecta el clima en todo el mundo.
Si bien las temperaturas varían según la estación y otros eventos climáticos naturales, las temperaturas del océano han estado aumentando debido al cambio climático causado por el hombre, ya que los océanos absorben la gran mayoría del exceso de calor en la atmósfera. El océano experimentó en los últimos diez años su década más cálida desde al menos el siglo XIX, y 2023 fue el año más cálido desde que hay registros.
Las iguanas fueron “una de las especies más afectadas por El Niño el año pasado y ahora mismo todavía se están recuperando”, explica el director de Galapagos Conservancy, Jorge Carrión a la agencia AP.
Las especies invasoras se multiplican
Mientras que el aumento de las temperaturas del océano amenaza la vida acuática o marina, en tierra firme hay un problema diferente. Los animales salvajes invasores (gatos, perros, cerdos, cabras y ganado, ninguno de ellos nativo) están amenazando a las especies únicas de las islas.
Después de la pandemia de COVID-19, muchas personas están abandonando a los perros y gatos que tenían como mascotas, dijo Natasha Cabezas, una de las monitoras de esta zona protegida.
“Si no los cuidas, se convierten en un problema y es una pena ver perros por todas partes. Tenemos un gran problema en este momento, no sé qué vamos a hacer”, dijo.
Estos animales no autóctonos son una amenaza especial para las tortugas gigantes estrechamente asociadas con las Galápagos. Las tortugas disminuyeron drásticamente en el siglo XIX debido a la caza y la caza furtiva, y las autoridades han trabajado para protegerlas de los humanos. Es ilegal matar una tortuga gigante desde 1933.
“En una noche, un cerdo salvaje puede destruir todos los sitios de nidificación en una zona”, dijo Carrión. Los guardabosques intentan visitar las áreas con nidos una vez al día y matan a los cerdos cuando los encuentran. Pero los cerdos son esquivos, dijo Carrión.
Los gatos salvajes se alimentan de las crías de iguanas marinas, y tanto los cerdos como los gatos compiten por comida con las tortugas.
El omnipresente plástico
Por si las especies invasoras y el calentamiento de los océanos no fueran suficientes, también está el problema del plástico, que es una plaga generalizada en los océanos del mundo. Un estudio reciente confirmó la existencia de microplásticos en los vientres de los pingüinos de Galápagos.
“No hay animales en las Galápagos que no tengan microplásticos”, dijo Carrión.
Por desgracia, la reciente cumbre mundial para luchar contra la contaminación plástica celebrada en Corea del Sur ha terminado sin acuerdo, lo que aleja la solución a este problema mundial.
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