El 6 de enero tuvimos la primera muy mala noticia de este 2025. A los 77 años, en el hospital Larcade de San Miguel, falleció después de atravesar una cruenta enfermedad, el compañero Alfredo Miño, conocido por todos nosotros desde hace muchísimos años, como el “Perro”.
Alfredo nació en la provincia de Corrientes y se crió en el Chaco. Hijo de un obrero de Vialidad Provincial, fue rebelde desde chico, y cuando vino a trabajar a Buenos Aires, militó en el Peronismo Revolucionario. Fue obrero en la fábrica Oro Azul de San Martín, en la provincia de Bs. As. Allí ayudó a armar el cuerpo de delegados. En esa fábrica hubo varios compañeros desaparecidos. Alfredo fue despedido después del golpe militar.
A inicios de los años 80 conoce al PST y comienza una relación con nuestra corriente que ya nunca abandonaría. Fue candidato a intendente de San Miguel por el viejo MAS, lista 13, en las elecciones de 1983.
Durante muchos años fue obrero de la construcción, siempre ayudaba y daba una mano en la construcción y arreglos de casas de compañeras y compañeros, en el comedor del barrio La Estrella y donde hiciera falta. Puso mucho trabajo y empeño en la expansión y desarrollo del viejo MAS en la zona de San Miguel, donde tuvimos varios locales. Al interior del partido, siempre le gustaron las tareas de cuidado y organización de los militantes.
Integró las Comisiones de Seguridad, las barricadas y la organización por manzana en los barrios Mitre, Santa Brígida, La
Estrella y Escuela 20, durante las puebladas y saqueos de 1989 que terminaron con el gobierno de Alfonsín. La crisis y ruptura del viejo MAS lo golpea duro, pero siempre sigue colaborando en todas las luchas.
Cuando surge el MST, Alfredo fue un pilar en organizar y desarrollar el partido en los municipios de San Miguel y también en José C. Paz, abriendo un nuevo local en el barrio Las Acacias.
Intervino en luchas obreras muy importantes y en enfrentamientos con las patronales y las burocracias en ferroviarios, subte, la línea 440 y otras, y en la lucha contra la burocracia sindical en las elecciones de Sanidad y la Carne.
Siempre le dolían las injusticias y el sufrimiento de los trabajadores y los sectores populares. A pesar de ser un tipo duro y serio, se ponía a llorar como un niño cuando veía a otros sufrir injusticias.
Alfredo fue un compañero directo, sin filtros, te decía siempre lo que pensaba. Era muy peleador y muy cascarrabias, pero no perdía la ternura.
Además de militar, sus otras dos pasiones eran su familia y la pesca. Con muchos compañeros de San Miguel compartió viajes y excursiones de pesca a Baradero, al río Salado, a Zárate.
A principios de los años 90, le dolía que muchos compañeros no tenían dinero para pagarse vacaciones, y se puso a organizar viajes a Entre Ríos y a la Costa Atlántica para los equipos de docentes, del barrio, de la construcción.
Con la partida de Alfredo perdemos a un valioso militante del partido en la zona norte.
Abrazamos fuertemente a Betty, su compañera de vida, que siempre lo acompañó y apoyó en todo. A Marcela, su querida hija, también militante y luchadora docente y de los derechos del arte y la cultura, que le dió a Alfredo el bien más preciado de su vida: sus cuatro nietos, Maylen, Agustín, Morena y Camilo.
A toda su familia les decimos que nunca vamos a olvidar al “Perro” y a todo lo que hizo por construir el partido revolucionario y por un país y un mundo socialistas.
Alfredo, te vas con tu cara sería y tú corazón tierno. Te vas con tus broncas y tus quejas, pero nos dejás una vida de lucha y unas banderas que otros compañeros y compañeras van a seguir levantando. Te vas a ir como vos pediste, con la bandera roja del MST junto a vos. Y en cada lucha, en cada pelea, en cada enfrentamiento con las patronales, la burocracia o las fuerzas de seguridad de los gobiernos, vas a seguir estando.
Compañero Alfredo Miño, querido “Perro”, hasta el socialismo, siempre!
Regional Norte del MST