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El Atlético no tiene límites: campeón de invierno y récord de histórico de 14 victorias consecutivas

El Atlético acaba de firmar un suculento patrocinio con Red Bull que estrenó contra Osasuna en el Metropolitano. Buena asociación, porque los de Simeone son una bebida energética. Es difícil saber qué ingrediente prevalece en una etiqueta de éxito compleja, que se ha enriquecido con el mejor de los mercados de verano. Están las incursiones de Giuliano, los centros de Griezmann y los goles de Julián, como el que le valió el 14º triunfo consecutivo. Algo que nunca se había conseguido. O más bien, algo que solo puede lograr Simeone, que ha transformado un equipo que tocó fondo ante el Betis el 27 de octubre del año pasado en el campeón de invierno. Las otras tres veces que esto sucedió, el Atlético ganó la Liga (65-66, 95,96 y 2020-21).

Gol anulado a Griezmann y resistencia de Osasuna

Atlético y Osasuna fueron los equipos comparsa de la pasada Supercopa de Arabia, porque el «de España» habrá que recuperarlo, como pronto, a partir de 2029. Simeone se quejó de jugar de visitante en el inicio del año y el conjunto navarro se movía entre la indignación por el reparto de fondos y la incomodidad de sentirse el convidado de piedra. Por eso ambos se alegraron de iniciar el 2025 arropados por sus aficionados. El partido era un escaparate de sensaciones, con los locales disparados y los visitantes en fase de revitalizarse.

La primera parte dejó a un Julián Álvarez desesperado, tras cometer tres fallos extraños en un jugador de su talla. El primero fue tras un centro magnífico de Giuliano, un jugador que es todo corazón y que fue un incordio para la defensa de cinco de Vicente Moreno. La segunda ocasión malograda se edificó tras una parábola de Rodrigo de Paul que remató con el cuello en lugar de la cabeza. Y la tercera fue una expresión propia en el área, donde la lucha le regaló un disparo que blocó bien Sergio Herrera.

El único tanto del acto inicial no valió. Llegó antes del 10 de juego, tras otra internada eficaz por el flanco diestro que terminó con una asistencia de Nahuel Molina para Griezmann, al que el VAR delató: le había metido con el brazo. La incapacidad para encontrar un tanto rápido complicó el plan de un Atlético que se fue incómodo al descanso, con las líneas separadas en exceso y resquebrajándose por las vías que abrían Boyomo o Pablo Ibáñez. En busca de dosificar esfuerzos, con la Copa en el horizonte, Vicente Moreno dejó en el banquillo a hombres como Budimir, que asomaban como recursos en un partido de iguales que Simeone esperaba reconducir, de nuevo, desde el banquillo.

Julián se libera de los fallos tras el ‘factor Lino’

«Sabemos que han ganado muchos partidos en los últimos minutos», alertaba Pablo Ibañez. Si algo caracteriza a Simeone esta temporada es su intervencionismo, por eso sacó a Gallagher, intrascendente, para poner en liza la pólvora de Lino, que cambió la temperatura del encuentro. Fue el factor de desequilibrio antes de que el Atlético sacase la pizarra para un tanto que evidencia el actual estado de forma rojiblanca. A la salida de un córner, Griezmann endulzó un centro que Lenglet teledirigió de cabeza para el remate en solitario de Julián Álvarez, quien esta vez no falló.

Para cometer errores hay que estar en disposición de hacerlo y el argentino siempre está en el lugar correcto, gracias a su excelsa inteligencia táctica. Las 13 dianas que suma esta temporada son ya su mejor registro goleador en una temporada. Ya nunca más será secundario, como le ocurría en el Manchester City, porque ha encontrado su ‘place to be’.

A partir del gol, el Atlético esperó el efecto sedante, conde concedía el protagonismo a Osasuna para matarlo a la contra. Los rojillos no cayeron en la trampa hasta el final. Protestaron amargamente un penalti de Barrios sobre Rubén García en el que no intervino el VAR. No fue una victoria por aclamación, pero vale igual que las 13 anteriores. Una racha histórica para el equipo más en forma de Europa. Pena que todo ello solo sean simbolismos y no los títulos que deberán certificar que esto es más que una dulce dinámica. Un amor pasajero que quieren hacer eterno.

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