21.7 C
Río Cuarto
InicioPolíticaLa educación como vacuna contra el abuso sexual: la controversia alrededor de...

La educación como vacuna contra el abuso sexual: la controversia alrededor de la canción infantil Hay secretos

La escuela es el único lugar en donde los chicos y las chicas que son abusados en sus hogares pueden encontrar alguien que los escucha y defienda

Un papá le dice a su hija que juegue con él en el baño. Le susurra que se acerque. Le asegura que es divertido. La obliga a practicarle sexo oral. El abuso no deja marcas. No implica golpes. No impacta en rastros de ADN. El progenitor la amenaza: “Ese es un secreto entre ellos dos y la nena no puede hablar porque sino a su mamá le puede pasar algo y la puede perder”. No es un cuento. Es el ABC de la perpetuación de los abusos sexuales. Terminar con la estrategia de los secretos implicó cortar con la estrategia para que los abusos se consumaran, sobrevivieran y se perpetuaran en el tiempo, sin que las niñas y niños se atrevieran a hablar, sin que pudieran defenderse, sin que les creyeran cuando hablaban y sin que se pueda frenar el abuso de sus agresores.

La educación sexual integral (ESI) es una vacuna contra el abuso. Y no, no puede quedar solo en la familia, porque la ESI es la única posibilidad de salvarse para un chico o una chica que es abusado en su propia familia, por un padre, un padrastro, un hermano, un abuelo, un tío, un padrino, un amigo del padre, un hermanastro, un novio de la madre, una madre, una pareja de la madre o cualquier otra persona. En algunos casos las víctimas pueden hablar con alguien de la familia (generalmente la madre) y cuando las madres les creen y hacen algo, la mayoría de las veces, son perseguidas o acusadas de denuncias falsas. Otras veces, las que escuchan, minimizan, encubren o no se quieren enfrentar con toda la familia. Y, si es así, la escuela tiene que escuchar, denunciar e intervenir.

Nunca el camino es fácil. Pero pase lo que pase, es el primer paso para evitar los abusos sexuales y, si no se pudieron evitar a tiempo, sí terminar con la prolongación de los abusos sexuales en el tiempo. Por eso, es esencial que en la escuela se enseñen contenidos de prevención del abuso, de cuidado del cuerpo, del respeto a la intimidad. Pero, sobre todo, que se dé espacio para las preguntas, para los relatos, para que los chicos cuenten lo que no pueden contar en otros lugares y con otras personas. Es fundamental que los chicos sepan que van a ser escuchados y que nadie los puede obligar a guardar secretos que los lastiman, no les gustan y los incomodan.

La canción de Canticuénticos «Hay secretos» fue reestablecida en el portal del Ministerio de Educación Educ.Ar

“Hay secretos chiquititos que te invitan a jugar, y hay secretos tan enormes que te vienen a asustar”, marca la diferencia entre comprar un regalo para el día de la madre y no contar qué se trata de un vestido y ser obligado a no contar que un amigo de papá toca por debajo de la pierna cuando juega en la pileta de su casa. Pero, además, en el tema musical, se garantiza a los pequeños oyentes que no se los va a dejar solos, que se les va a creer, que cuentan con protección y que van a ser respetados: “Si no alcanzan las palabras para lo que hay que contar, inventemos otro idioma. Siempre te voy escuchar”. La recomendación del estribillo es un himno que no debe dejar de sonar: “’No se tienen que guardar los secretos que hacen mal”.

La canción Hay secretos del grupo musical infantil Canticuénticos está, otra vez, en el portal Educ.Ar, gracias al repudio causado por la censura al material que es utilizado en las escuelas para prevenir el abuso sexual y que ya sirvió, en casos llevados a la justicia, para que chicas abusadas pudieran contar su historia al escuchar la canción. En la web se reinstaló el material educativo que había sido producido por el Programa Nacional de Educación Sexual junto con la poesía En una cajita de fósforos, de María Elena Walsh.

El sitio del Ministerio de Educación reinstaló los materiales para que los y las docentes puedan trabajar en las aulas y la recomendación que indica: “Es muy importante que sepamos que podemos guardar los secretos que nos gustan y nos hacen sentir bien, pero es que si hay algo que nos tiene tristes o nos hace sentir mal, debemos buscar a alguna persona adulta que nos escuche y nos pueda ayudar”. Si un alumno/a es amenazado de guardar un secreto que implica penetración, tocamientos, amenazas, sugerencias u otras formas de abuso la manera de protegerlo es la posibilidad de hablar en la escuela sobre lo que está viviendo.

En una entrevista con Reynaldo Sietecase, en Radio Con Vos, la compositora de Canticuénticos, de Santa Fe, dijo que «nos están llevando a un modelo medieval»

“Queremos agradecer muchísimo por todo el apoyo recibido ante la noticia que nuestra canción había sido bajada del portal Educ.Ar. Hay secretos ya está otra vez subida y la poesía de María Elena Walsh. Pero acá no termina el reclamo. La ESI está en peligro. Necesitamos la educación sexual integral en todos los niveles educativos trabajando a favor del autocuidado, el respeto a la diversidad y de los vínculos sanos”, expresaron en un video desde la cuenta en X de “Canticuénticos”. La noticia se había conocido por la nota de la periodista Mariana Carbajal: “Ahora el Gobierno nacional busca destruir la ESI”, publicada el 9 de enero en Página/12.

“Después de la decisión del gobierno porteño de poner en ´revisión’ y bloquear el acceso a todos los contenidos de Educación Sexual Integral de la web de Ciudad de Buenos Aires, en la Secretaría de Educación nacional también empezaron a bajar recursos audiovisuales alojados en el portal virtual Educ.ar relacionados con la ESI. Como si se tratara de una carrera para demostrar cuál de las jurisdicciones enarbola la posición más retrógrada y medieval. Entre los materiales ‘prohibidos’ figura la canción Hay secretos de la banda Canticuénticos que invita a los más pequeños a poner en palabras y poder denunciar situaciones dolorosas, a la que ya no se puede accede”, escribió Carbajal.

La periodista informó que la censura fue dispuesta, el lunes 6 de enero, por el subsecretario de Políticas e Innovación Educativa, Alfredo Domingo Vota, que le pidió al titular de la cartera educativa, Carlos Horacio Torrendell, a través de una nota a la que tuvo acceso Carbajal que los materiales tienen “un alto contenido de ideología de género” y que “contienen elementos que promueven el adoctrinamiento en las aulas”. La Ley de Educación Sexual tiene en sus lineamientos curriculares la obligación de prevenir el abuso sexual en todos los niveles educativos y no se pueden ir en contra de esos contenidos ni del derecho de las infancias por una decisión administrativa.

La periodista Emilse Pizarro relató que un caso en Zapala llegó a la justicia gracias al uso en las aulas de la canción «Hay secretos» de Canticuénticos

La Educación Sexual Integral es una ley en Argentina, no una opción y, salvo que se derogue la norma (26150), aprobada en el 2006, no se puede dejar de dar, justamente, porque es un derecho de chicos y chicas, más allá del derecho de los padres y, precisamente, porque uno de sus valores es que si los chicos y chicas son abusados, maltratados, golpeados en sus casas ya no son un objeto propiedad de su familia, sino que deben ser defendidos de esos malos tratos por la escuela. La jerarquización de los derechos de la infancia por sobre la (ex) patria potestad (responsabilidad parental en el nuevo Código Civil) es una de las premisas que deben regir la implementación de la ESI.

Es más importante el derecho de chicos y chicas como sujeto de derechos que el derecho de sus padres y madres a decidir qué puedan aprender y qué no. La importancia de esta escala de derechos se basa en que un progenitor no puede golpear o abusar de su hijo porque le pertenece y que para que un chico pueda defenderse de la violencia familiar y el abuso sexual debe saber que cuenta con otros adultos capaces de defenderlo y dispuestos a escucharlo. Ese objetivo no se logra por arte de magia sino habilitando la escucha respetuosa y espacios de conversación en donde los alumnos y alumnas sepan que tienen derecho al respeto a su intimidad, a ser protegidos contra la prepotencia, a que no los amenacen con guardar secretos en contra de su voluntad o que los atemoricen a vivir en silencio por miedo a las represalias.

Una de las actividades reinstaladas en el portal público consiste en escuchar en el aula Hay secretos, de Canticuénticos. “Sugerimos que escuchen en el aula esta canción sobre la importancia de conocer el significado de los secretos. Y es que no todos son iguales ni nos hacen sentir de la misma manera, y no tenemos obligación de guardarlos”. Sin embargo, la sugerencia se había borrado y la canción también. El escándalo del retroceso en la prevención del abuso sexual en las escuelas argentinas movilizó el repudio en las redes sociales y la opinión pública y finalmente el gobierno tuvo que retroceder y reponer el material educativo.

Secretos de Canticuénticos

El efecto positivo de la canción llegó al prestigioso medio inglés BBC que tituló: “‘Hay Secretos’: cómo una dulce canción ayudó a atrapar a un abusador de menores en Argentina”, en una nota de Natalio Cosoy, del 22 de diciembre de 2024, realizada desde Santa Fe. “Los docentes son los grandes héroes en esta gesta, porque en las escuelas son los que más acceden a esos momentos donde los niños y las niñas se pueden abrir, pues muchas veces los abusos son en sus propias casas, interfamiliares”, reconoció Ruth Hillar, la compositora, en la entrevista.

Canticuénticos cuenta con una trayectoria de 17 años, es un boom conocido por las familias pero mucho menos por los medios que hoy se guían por escándalos y noticias virales. Sin embargo, tienen una convocatoria altísima, son un éxito nacional e internacional y sus canciones encantan y forman parte de la banda sonora de la infancia de tías, abuelas, madres y padres que se saben los hit de memoria, bailan, cantan y van a verlos a teatros de todo el país y, también, del extranjero. La canción fue traducida, incluso por docentes o fans, de modo espontáneo, al portugués, inglés, italiano y coreano.

La compositora de la canción es Ruth Hillar y la escribió en 2017, diez años después de la aprobación de la ESI y dos después de Ni Una Menos. Hablar de educación sexual implica cambiar culturalmente a una sociedad y la canción es un efecto de mucho trabajo y, a la vez, un trabajo que sirve como una herramienta probada y eficaz, para prevenir y detectar abusos sexuales en las escuelas. “El tema del abuso estaba más en la esfera pública y pensé: ¿Qué podemos hacer? Mi arma, mi forma de actuar es la música”, contó la cantante, música y autora. “Hay secretos” apareció en el disco “¿Por qué?, ¿por qué?”, en el año 2018. Las fechas no son casuales. En el momento en que las chicas hablan, las maestras escuchan, las periodistas escriben, las formas de decir y cantar, representaron una trama social que no deja pasar lo que antes pasaba. La canción se convirtió en un himno y en un instrumento práctico que demostró que la palabra transforma.

En Zapala, en Neuquén, en 2021, la canción llegó a la justicia. Un profesor de música la llevo a la escuela primaria en la que trabajaba. Una nena la mostró en la casa y, a partir de la escucha, su hermana pudo contar que un vecino la abusaba. Otros chicos contaron que estaban sufriendo el mismo maltrato. La magistrada Carolina González pidió que, antes del fallo, suene la canción. La sentencia no es más importante que la letra de la canción: “Acá estoy, quiero ayudarte. Sé que decís la verdad. Ya no habrá que andar con miedo porque te voy a cuidar”.

Más noticias
Noticias Relacionadas