Donald Trump conducirá a la primera potencia mundial por otros cuatro años y, si bien en buena parte del mundo su mandato abre una gran ventana de incertidumbre, en el gobierno argentino sin embargo respiran aliviados.
La relación personal entre el flamante líder de la Casa Blanca, sus principales asesores y el presidente Javier Milei es profunda, inédita y no admite por ahora dudas.
Ni Carlos Menem, en sus “relaciones carnales”, un presidente argentino había logrado tanta sintonía con un par de Estados Unidos, coinciden en Washington. El líder de la Rosada busca capitalizar al máximo ese vínculo, pero habrá que ver cuántos beneficios conseguirá en realidad.
Milei apostó sin disimulo por el triunfo del magnate sobre la demócrata Kamala Harris. Admira desde hace años el estilo desenfadado de Trump y el estadounidense también le retribuye con elogios.
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Milei mostró la intimidad de su paso por la gala en la mansión de Trump
Se parecen en muchos aspectos: tienen en común el origen “outsider”; su paso por la televisión y el amor por las redes sociales; sus luchas contra “la casta” y “el pantano” y el odio a la cultura woke.
El argentino se ha vuelto una figura popular en Estados Unidos y muchos le dicen “mini Trump”. Sin embargo, el enfoque libertario difiere sustancialmente con las políticas proteccionistas contrarias al libre mercado que propugna el republicano.
Para Benjamin Gedan, director del Centro de América latina del Wilson Center y fundador del Argentina Project, “la amistad personal entre Milei y Trump es innegable. Milei admira a Trump, y a Trump le gustan los líderes que lo elogian. Pero más allá de los piropos desde Buenos Aires, hay sinergias genuinas entre ambos”, dijo a Clarín.
“Trump y sus aliados ultraderechistas ven con buenos ojos la batalla cultural de Milei y su compromiso con la lucha ideológica a nivel global. Milei también es respetado tanto en Washington como en Wall Street por sus reformas promercado, el dramático ajuste fiscal que implementó y su intención de debilitar las instituciones del Estado que él administra”, continuó.
“No obstante, no está claro si el estatus VIP de Milei en Estados Unidos producirá beneficios concretos para Argentina”. Gedan advierte que “a Trump también le gustaba el último presidente conservador de Argentina (por Mauricio Macri), pero aun así impuso aranceles a las exportaciones del país”, en referencia al biodiesel, los limones y la carne bovina.
No hubo señales todavía en Estados Unidos de que el anhelo del Gobierno de lograr un acuerdo de libre comercio bilateral se concrete.
Gedan señala que “Estados Unidos necesita nuevos socios en Latinoamérica para aislar a adversarios como Venezuela y minimizar la influencia de actores externos como China y Rusia. Pero Trump, con su política de ‘América Primero’, no invierte mucho en las relaciones internacionales ni favorece la asistencia extranjera”.
La llegada de Marco Rubio a la secretaría de Estado es una buena noticia para Milei, porque el senador se ha manifestado varias veces a favor de las reformas del libertario.
De hecho, días atrás elogió al libertario en el Senado: “Es un economista serio y bien formado”, dijo. “Está haciendo cosas muy necesarias para reestructurar la dirección de la economía argentina de una manera muy positiva”, añadió.
Un escollo en la relación puede ser la designación de Mauricio Claver Carone como Enviado especial para América latina porque cuando el funcionario de origen cubano fue presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tuvo durísimas fricciones con quien era representante ante el organismo y hoy es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Claver era el delegado de Estados Unidos ante el FMI cuando se aprobó el préstamo a Mauricio Macri, que no sirvió para estabilizar la economía. De Milei, el estadounidense ha dicho que “en las conferencias internacionales habla como un verdadero liberal ortodoxo. Pero domésticamente tiene un equipo que está gobernando como peronistas”, en una entrevista con El Observador
Mark Jones, profesor de Ciencias políticas experto en América Latina de Rice University, señaló a Clarín que “no hay ningún presidente argentino que haya disfrutado de una relación tan estrecha con un presidente estadounidense como Milei con Trump. Obviamente Trump tiene muchas prioridades y objetivos que no tienen nada que ver con la Argentina, pero sí él puede dar un mano a Milei de forma que no le traiga muchos costos, lo ayudará”.
Como miembro del Baker Institute, un prestigioso think tank de Texas que aglutina empresarios y expertos en energía, Jones ha estado en contacto con muchos presidentes y ministros argentinos que viajaron a Houston a buscar inversiones en el sector energético.
¿Puede abrirse una nueva etapa ahora?
“Los planes de inversiones en energía tienen más que ver con las condiciones globales en el mercado energético y los avances como RIGI en la Argentina que con la relación Milei-Trump. Cualquier aumento de inversiones en el sector tendrán mucho más que ver con los éxitos de Milei en general que con su sintonía y vínculo con Trump”.
Sin embargo, destaca la cercanía que el argentino ha logrado con Elon Musk, que se ha convertido un estrecho aliado de Trump.
“Nunca viene mal tener como amigo al hombre más rico del mundo, quien además es dueño de una de las redes sociales más influyentes en el mundo, una plataforma que no tiene reparos en utilizar para avanzar su agenda. En definitiva, Milei tiene una muy buena relación con dos de los hombres más poderosos del mundo, algo que sin duda es beneficioso tanto para él como para sus planes para la Argentina”.
Desde el mundo de las finanzas, Martin Castellano, jefe de Investigaciones para América latina del Institute of International Finance, afirmó a Clarín que “más allá de la relación personal, la coincidencia en muchas de las ideas puede contribuir positivamente, ayudando a Argentina. El estilo negociador bilateral y transaccional, basado en el pragmatismo, de ambas administraciones puede favorecer a los dos países, fortaleciendo la relación bilateral”.
El vínculo estrecho podría facilitar la llegada de inversiones, pero “van a depender en gran medida de otros factores como por ejemplo una política económica consistente y sustentable que permita terminar de estabilizar la economía y genere condiciones propicias para el crecimiento económico», agregó.
Y siguió: «En este frente, más allá de que se han logrado avances sustanciales en muy poco tiempo, hay una agenda clara de temas por delante para terminar de resolver los múltiples desequilibrios y distorsiones heredadas por la administración de Milei”.
Respecto de cómo podrían impactar las políticas proteccionistas con alza de tarifas de Trump en el comercio con Argentina, Castellano afirma que las futuras medidas de la Casa Blanca, “pueden llevar a un mayor costo de fondeo a nivel global y precios internacionales de materias primas más acotados.
En este escenario, Argentina va a tener mayores incentivos a conseguir rápidamente un acuerdo con el FMI. Mejorar la posición de activos externos permitiría avanzar a un esquema monetario con mayor flexibilidad para absorber cambios súbitos en las condiciones externas e internas”.
La Argentina está muy cerca de alcanzar un nuevo acuerdo con el Fondo y espera obtener pronto un desembolso de unos US$11.000 millones o más. El Gobierno confía en que Trump desde la Casa Blanca –y por el peso que Estados Unidos tiene en el directorio ejecutivo del organismo– ayude a que se apruebe sin problemas en el próximo programa con la mayor cantidad de dinero fresco posible.
“El gobierno argentino queda bien posicionado como aliado político de Estados Unidos en la región, mejorando las chances de lograr un acuerdo con el FMI que implique nuevo financiamiento para reforzar reservas”, dijo Castellano.
“Por otro lado, la presión para ir a un esquema de política monetaria sin controles cambiarios va a ser mayor” y agregó que “más allá de las cuestiones políticas, las negociaciones parecen estar muy bien encaminadas en este momento”.
Para Gedan, “Trump puede ser un aliado ante el FMI, pero, al fin y al cabo, Milei tendrá que ganar la confianza de los inversionistas norteamericanos, no de la Casa Blanca, para que su proyecto económico prospere.”
Jones apunta que «con Trump en La Casa Blanca, Argentina tendrá condiciones más favorables del FMI que las que hubiera tenido con Kamala Harris como presidenta”.
El líder argentino fue recibido como un rockstar estos días por la elite de Washington, recibió premios por sus reformas y fue invitado especial de Trump en la asunción. El vínculo entre ambos es fuerte. Ahora como jefe de la Casa Blanca el republicano tendrá la oportunidad de mostrar cómo se traduce tanto amor en resultados concretos.