El canibalismo era algo habitual en Europa en siglos pasados: un nuevo estudio muestra que los humanos ingirieron partes del cuerpo de otros humanos en Europa occidental, tanto en tiempos prehistóricos como a lo largo de los siglos que siguieron. Se han hallado registros relacionados con estas prácticas que corresponden a la Edad Media e incluso hasta el siglo XIX.
Un trabajo científico liderado por el investigador Abel de Lorenzo Rodríguez, de la Universidad de Santiago de Compostela, en España, concluye que el canibalismo, entendido como la práctica de ingerir carne humana por diversos motivos, fue algo habitual en Europa occidental hasta hace pocos siglos: incluso, se consideró una alternativa medicinal en determinados casos en la Edad Media.
De acuerdo a un artículo publicado en The Conversation por el propio autor del estudio, las razones de esta práctica iban desde las necesidades nutricionales hasta las prácticas religiosas y curativas documentadas en varios períodos. En la Edad Media, existen referencias sobre cómo el canibalismo era recurrente en períodos de hambruna, guerra o disturbios.
Canibalismo y prohibiciones
Al mismo tiempo, existió una forma de canibalismo que consideraba que algunas partes o sustancias del cuerpo humano tenían un propósito medicinal. De esta manera, se pensaba que al consumirlas era posible curar o sanar ciertas dolencias. Más allá del hecho histórico, las evidencias documentales que analiza la investigación van en contra de varios postulados culturales que sustentan a la civilización europea y al mundo occidental en general.
En ese sentido, Europa se erigió a lo largo de los siglos como un «faro» de la civilización frente a la «barbarie» de otros pueblos que, precisamente, consideraban al canibalismo como algo habitual. Por oposición, el canibalismo fue condenado en Europa como una práctica bestial y que generaba un fuerte rechazo.
Sin embargo, de Lorenzo Rodríguez indica que entre el final de la antigüedad romana y el comienzo de la Edad Media se promulgaron leyes referidas a la prohibición de violar tumbas. También estaba prohibido profanar los recintos mortuarios para extraer cualquier tipo de remedio derivado del cuerpo humano, como por ejemplo la sangre. A pesar de esto, el estudio muestra evidencias de la ingesta de restos humanos en la Alta Edad Media en la zona de la Península Ibérica y otras regiones europeas.
Cristianismo y canibalismo
De esta manera, a partir del siglo VII de la era cristiana y en adelante existieron leyes heredadas de tiempos más tempranos que regularon o castigaron el contacto con tumbas y restos humanos como una fuente de materiales curativos: estas leyes se aprecian en los registros de diferentes sociedades europeas más allá de la romana, y solamente existían y proliferaban porque la práctica del canibalismo persistía.
Referencia
«Hagiofagia y tanatofagia. Curación y creencia en la ingesta de restos humanos en la Alta Edad Media ibérica», en: Fontes J., L., Martins, D., Fernandes Barreira, C., Farelo, M. (2024). An Embodied Religion. Berlin, Germany: Peter Lang Verlag, pp. 325-339.DOI:https://doi.org/10.3726/b20499
A partir del auge del cristianismo, los santos locales se hicieron más prominentes y todo lo relacionado con ellos era considerado milagroso: el acceso a sus sitios de entierro, significaba que sus cuerpos también se usaban para curas y remedios después de su muerte.
En la Edad Moderna, e incluso en el siglo XIX, varios diccionarios todavía mencionaban que partes del cuerpo humano, como la grasa, la sangre y la orina, tenían propiedades curativas. De esta manera, queda claro que la práctica del canibalismo fue una posibilidad concreta hasta algunos siglos previos a la Europa contemporánea.