El Olímpico no es estadio de grato recuerdo para Ernesto Valverde. Fue en Roma, y con el infausto gol de Kostas Manolas, donde el ‘Txingurri’ sufrió uno de los peores reveses de su carrera como entrenador. Lo que sucedió con el Athletic en la Europa League no puede compararse, aunque guarda algunas similitudes a nivel de decepción mayúscula. En el minuto 94 y después de haber dominado el marcador con gol de Iñaki Williams, Somurodov aguó la fiesta a los centenares de ‘athleticzales’ que acudieron a la Ciudad Eterna. La expulsión de Yeray, clave.
Ambiente de lujo
El ambiente del Olímpico intimidaba. Y el Athletic Club se asustó. Demasiado comedidos, cautos y tímidos los de Ernesto Valverde ante una Roma que, con rigor defensivo, apenas pasó penurias para controlar a las supuestas balas rojiblancas, en Italia con una vestimenta de dudoso gusto cromático. Maroan puso intensidad y potencia, insuficiente para despistar a Mancini, un central con más tablas que una balsa.
Tampoco sucedió demasiado en el otro área. Dybala dejaba detalles y Dovbyk, nada que ver con el pichichi que asombró en Girona. El ucraniano dispuso de la mejor en una carrera en la que Vivian acabó lesionado muscularmente. Peligra la selección para el vitoriano. El delantero recortó al defensa ‘athleticzale’ y se resbaló cuando había hecho lo más complicado.
Alex Berenguer reacciona ante la Roma. / AP
Otro desliz, en este caso de Yeray, casi les cuesta el 1-0 a los leones. Baldanzi dejó de cara a Dybala y la ‘Joya’ sacudió el travesaño con violencia. El Athletic no desesperezó hasta el tramo final, con un cabezazo de Yeray y un remate de primeras de Maroan tras centro de Iñaki.
La roja a Yeray, definitiva
Había advertido el Athletic que el somnífero perdía su efecto. Y a los tres minutos de la reanudación, ¡pimba! Unai Gómez sirvió un córner, Paredes prolongó e Iñaki se jugó la cabeza para establecer el 0-1. Pudo empatar Baldanzi a renglón seguido pero se llenó de balón. El honor le cayó a Angeliño. El gallego apareció en el segundo palo para recuperar el equilibrio en el marcador.
Al Athletic le tocó sufrir hasta el final. La expulsión de Yeray por segunda amarilla obligó a los vizcaínos a pertrecharse en su área y achicar todos los balones que caían por las inmediaciones de Agirrezabala. En la última, con el tiempo cumplido, el uzbeko Shomurodov la envió a guardar con suspense, ya que el VAR tardó en conceder el 2-1. Ni se sacó de centro del campo.