Este jueves, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó nuevos datos alarmantes sobre el mercado laboral argentino. Según el informe, la desocupación alcanzó el 6,4% en el último trimestre de 2024, marcando un preocupante aumento respecto al 5,7% registrado en el mismo periodo del año anterior. Este incremento refleja las consecuencias de las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei. El acuerdo que están negociando con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo podrá traer un empeoramiento de las condiciones laborales.
Desde que asumió el gobierno en diciembre de 2023, Javier Milei ha promovido un programa económico basado en recortes presupuestarios y flexibilización laboral. Estas medidas, lejos de generar el «shock de crecimiento» prometido, han llevado a una grave contracción del empleo. Entre el último trimestre de 2023 y el último de 2024, se sumaron más de 115.000 desocupados, mientras que el empleo informal también se vio severamente afectado por la contracción del consumo interno.
Los sectores más golpeados son la industria manufacturera, la construcción y los servicios públicos. En la industria, las suspensiones y despidos masivos se convirtieron en una constante, mientras que en la construcción, la falta de inversión estatal paralizó numerosos proyectos de infraestructura, dejando a miles de trabajadores en la calle. En el sector público, el ajuste drástico redujo en decenas de miles la cantidad de empleados, afectando a áreas esenciales como salud y educación.
Un ajuste para pagar la deuda
El PBI cayó 1,7% en 2024, como consecuencia directa de las políticas de ajuste. Esta recesión, lejos de ser un «sacrificio necesario» para estabilizar la economía, ha exacerbado la crisis social. La desocupación no solo aumentó en términos absolutos, sino que también se profundizó entre los sectores más vulnerables: jóvenes, mujeres y trabajadores informales.
En la comparación interanual (entre el último trimestre del 2024 y el del 2023) los ocupados demandantes pasaron del 15,5% al 16,6%, y la presión sobre el mercado de trabajo del 27,4% al 29,4%, reflejando que hay más personas buscando empleo como consecuencia de la caída en los ingresos (y el aumento de la desocupación). Son casi un millón de desocupados y casi 2,5 millones de ocupados que buscan activamente otro trabajo o más trabajo, solo contando los aglomerados urbanos que cubre el Indec (sobre el total de la población los números son mayores).
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Como explicó el especialista Luis Campos, en su cuenta de la red social X: “En paralelo, la calidad del empleo se deterioró significativamente. Los asalariados no registrados crecieron del 35,7% al 36,1% y los cuentapropistas del 22,6% al 23,8%. En ambos casos, los valores más altos para un cuarto trimestre desde al menos el 2018”. El investigador agregó: “El que hace hincapié en la comparación entre el cuarto trimestre del 2024 con el tercero está haciendo trampa. Mucha estacionalidad ahí. Si te muestran los datos crudos y te dicen que la desocupación bajó, salí corriendo.” En referencia a la interpretación errada de los datos por parte del oficialismo.
Medidas urgentes para enfrentar las políticas de Milei y el FMI
Ante esta situación, el Frente de Izquierda, ha propuesto alternativas concretas para enfrentar la crisis. Una de las principales iniciativas es la reducción de la jornada laboral a 6 horas diarias, 5 días a la semana, con el objetivo de repartir el trabajo entre ocupados y desocupados, sin reducción salarial. Según estudios, esta medida podría generar más de un millón de nuevos empleos, mejorando las condiciones de vida de millones de familias trabajadoras.
Además, el Frente de Izquierda denuncia la complicidad de las direcciones sindicales tradicionales, que en lugar de organizar la resistencia contra el ajuste, han optado por pactar con el gobierno y las patronales. Es por ello que llaman a la autoorganización desde abajo, promoviendo asambleas en los lugares de trabajo y movilizaciones masivas para enfrentar estas políticas.
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El aumento de la desocupación no es un fenómeno aislado ni inevitable. Es el resultado directo de un modelo económico que prioriza los intereses del capital financiero y las grandes corporaciones sobre las necesidades de la población. Desde el Frente de Izquierda llaman a redoblar la lucha en las calles contra el ajuste de Milei y el FMI. El paro del 10 de abril convocado por la CGT se convertirá en un medida aislada si depende de la burocracia sindical, sólo con una movilización masiva y sostenida se podrá frenar el avance de las políticas del gobierno nacional.