Dánica Dorada es una marca que se hizo famosa en Argentina por un recordado jingle publicitario, que aún hoy tienen presente varias generaciones de argentinos.
La combinación de “Dánica Dorada” con “era para untar” y la niña saltando la soga mientras repetía las frases, fue emitida por primera vez en 1973. Después se hizo marca y logo de la empresa.
La historia de la compañía comenzó en 1940, cuando comenzó a producir margarina en su planta de Lavallol, en esa época todavía en base a grasas animales.
En 1963 comenzó a producir la primera margarina vegetal bajo el nombre “Dánica” y más tarde lanzaron su producto para untar, el que motivo la campaña que la hizo nacionalmente reconocida.
Fin de ciclo
La planta de Dánica en la localidad de Llavallol finalmente anunció su cierre definitivo tras diversos intentos fallidos por mantenerse competitiva.
Entre los motivos del cierre, la empresa citó los altos costos laborales. A esto se sumaron las dificultades logísticas y la caída en las ventas, en un contexto de recesión económica.
Pese a los esfuerzos realizados en las últimas audiencias, el cierre de la planta comenzó a concretarse. Desde el lunes de esta semana, unos 150 trabajadores comenzaron a recibir las notificaciones de despido, incluyendo la confirmación del pago del 50 por ciento de las indemnizaciones estipuladas por la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).
La crisis comenzó en noviembre pasado, cuando el Grupo Beltrán, dueña de la firma, adelantó su cierre, y comenzó a negociar con el Sindicato de Aceiteros y la Federación de Trabajadores Aceiteros la desvinculación de la mayoría de los operarios.
El cierre definitivo de la planta fue comunicado oficialmente por la empresa Dorada S.A., parte del Grupo Beltrán, en una carta fechada el 27 de diciembre de 2024. En el documento, la compañía se justifica por “la gravísima situación económica y operativa que afecta al establecimiento”, indicando que ya no existen tareas para ofrecer a los trabajadores.
En las cartas documento enviadas el 27 de diciembre, la empresa argumentó que la planta no cuenta con las condiciones necesarias para seguir operando, lo que motivó la decisión de cerrar la planta.
Accionar gremial
Ante esta situación, el Sindicato de Aceiteros, que representa a los trabajadores de la planta, mantiene firme su postura en defensa de la continuidad laboral.
Ezequiel Roldán, secretario Gremial de la Federación Aceitera y secretario Adjunto del Sindicato Aceitero de Capital Federal y Gran Buenos Aires, expresó: “El sindicato no pelea indemnizaciones, el sindicato pelea puestos de trabajo”.
En este sentido, las negociaciones siguen su curso, pero el único acuerdo alcanzado es el del pago de las indemnizaciones al 50%.
El gremio advirtió que se estaba buscando reducir el número de cuotas en que se pagará la compensación desde las 12 inicialmente ofrecidas por las empresa.
Futuro incierto
Algunas versiones indicaban que el Grupo Beltrán podría estar evaluando el traslado de las operaciones remanentes en Llavallol a la planta que la empresa opera en la provincia de Córdoba, lo que añade mayor incertidumbre a la situación.
Mientras tanto, el contexto económico general y el cierre de una planta clave en la industria aceitera de Argentina mantienen en alerta a los operarios y a los sectores gremiales.