En un mundo donde el lujo se redefine constantemente, los puros han dejado de ser simples objetos de disfrute para convertirse en una clase de activos codiciados.
Con precios que alcanzan miles de libras por unidad, estos productos emblemáticos del Caribe, especialmente de Cuba, atraen tanto a inversores como a coleccionistas.
Según The Times, un humidor con 550 puros Trinidad Fundadores, por ejemplo, se vendió recientemente por 2.5 millones de euros (entre 2.5 y 2.6 millones de dólares) durante una cena de gala en Londres.
La revalorización constante de estos productos ha llevado a que se consideren una inversión estratégica, impulsada por la oferta limitada, la creciente demanda global y la narrativa única que rodea a cada edición.
El valor de los puros premium está directamente ligado a su escasez, que ha sido acentuada por fenómenos climáticos y problemas estructurales en Cuba, principal productor mundial.
Los huracanes Irma (2017) e Ian (2022) devastaron los campos de tabaco de Pinar del Río, región conocida por producir las hojas más finas.
Además, la falta de materiales básicos, como el hilo necesario para la producción de hojas de capa, ha limitado aún más la oferta.
La estrategia de Habanos, la entidad gubernamental encargada de los puros cubanos, ha reforzado esta dinámica al eliminar productos populares, como el Trinidad Robusto Extra en 2012, para incrementar el atractivo de las ediciones limitadas y regionales.
Estas tiradas exclusivas, como los Gran Reserva o Reserva, envejecidas durante tres a cinco años, no solo ofrecen un sabor distintivo, sino que también aseguran una revalorización casi garantizada.
El mercado chino ha emergido como el gran motor detrás del crecimiento de la industria. La adquisición de una participación del 50 % en Habanos por parte de un conglomerado chino reforzó el enfoque en el segmento de lujo, promoviendo marcas como Cohiba y Trinidad como símbolos de estatus.
La creciente participación china en subastas y clubes privados impulsó los precios y solidificado la posición de los puros como un activo global.
Una de las razones que posicionan a los puros como inversión atractiva es su exención de impuestos sobre ganancias de capital en mercados como el Reino Unido, donde se clasifican como “activos de desperdicio”. Esto contrasta con otras inversiones en lujo, como el vino y el whisky, que no gozan de este beneficio.
Además, la autenticidad juega un papel crucial. Al igual que ocurre con los relojes clásicos o los coches antiguos, la certificación es fundamental.
En el caso de los puros, el sistema English Market Selection (EMS) garantiza la autenticidad, ofreciendo confianza a coleccionistas e inversionistas.
El mercado premium está dominado por marcas legendarias como Cohiba, Trinidad y Montecristo. En el mercado secundario, un Cohiba Behike 2006 puede alcanzar las £10.000 (unos u$s 12.500) por unidad, mientras que en el mercado primario, un Cohiba Behike 56 se vende por £600 (u$s 750). La combinación de historia, exclusividad y demanda ha convertido a estas marcas en objetos de culto.
El coleccionismo de puros no está exento de desafíos. Problemas como los gorgojos del cigarro y el moho azul pueden comprometer la calidad del producto, exigiendo un almacenamiento adecuado.
Innovaciones como los paquetes Boveda han facilitado el mantenimiento de estos artículos, pero el riesgo de falsificaciones sigue siendo alto.
Por otro lado, el impacto climático y las decisiones estratégicas de Habanos continuarán moldeando el mercado.
Sin embargo, con la creciente sofisticación de los compradores y el respaldo de mercados emergentes, los puros se consolidan como un activo de superlujo con perspectivas prometedoras.