Dura crítica del oficialismo a la oposición: No hay un liderazgo, no tenemos con quién confrontar

Por Marcos Novaro. La gestión minimalista que Javier Milei practicó hasta aquí, en vez de dar un salto de calidad para convertirse en su versión 2.0, más potente y articulada, tras hacerse de las leyes que necesitaba, corre el riesgo de consumirse, sin ninguna originalidad, en una nueva edición de la ya archiconocida e inútil batalla contra el dólar. Y por demostrar que «su cotización paralela no mueve el amperímetro porque es la de un mercado muy chiquito». Una frase que, cuando la pronunció Luis Caputo en conferencia de prensa el viernes pasado, debe haber hecho más que todos los informes de economistas escépticos o desconfiados del país por empujar a los inversores a dolarizarse.

Y si lo siguen haciendo, día tras día, y los exportadores se niegan a liquidar, y el Fondo a prestar más plata, mientras el gobierno no cambie de enfoque en la materia, será porque no ven ningún motivo para esperar que esta vez la disputa en cuestión pueda terminar de forma muy distinta que la infinidad de veces en el pasado que sacudió de sus ensoñaciones a los predecesores de Milei y de Caputo: con una rendición más o menos rápida y más o menos desprolija y costosa ante lo inevitable.

El Gobierno de Javier Milei comenzó a enviar el martes las invitaciones para el acto del 9 de julio en Tucumán, que incluirá la firma del postergado Pacto de Mayo. Los primeros en recibirlas fueron los gobernadores de la oposición dialoguista y, en tiempo de descuento, el oficialismo empieza a contar adhesiones.

Según pudo saber TN, confirmaron asistencia la mayoría de los mandatarios provinciales de Juntos por el Cambio, los que pertenecen a fuerzas políticas provinciales y cuatro peronistas aliados a Milei. Los referentes de Unión por la Patria todavía no fueron de la partida del primer envío, pero de manera anticipada comenzaron a avisar que no participarán.

Con el visto bueno del presidente Javier Milei, la Cámara de Diputados comenzará a tratar este miércoles los proyectos que buscan modificar la Ley de Maltrato Animal y aumentar las penas.

El proyecto fue presentado por el legislador del PRO Damián Arabia, que bautizó la iniciativa como «Ley Conan», en referencia al perro de raza mastín inglés del jefe del Estado nacional.

«Compartimos (con el presidente) el amor por los animales, por los amigos de cuatro patas y se lo agradezco porque es una causa extremadamente noble, extremadamente transversal, que no quiero politizar y le agradezco porque desde el primer momento decidió impulsar mi proyecto de ley», le dijo a TN el diputado Arabia.

El gobierno porteño, a través del ministro de Hacienda y Finanzas, Gustavo Arengo, volvió a reclamarle a Nación la devolución de recursos por la coparticipación recortados durante la administración de Alberto Fernández.

Arengo publicó en su cuenta de X: «Coparticipación: Sólo durante junio, la Ciudad dejó de percibir 88.000 millones de pesos por el incumplimiento del fallo de la Corte. Se debe actualizar ya mismo el coeficiente de la Ciudad. Esos recursos le corresponden a los vecinos y seguiremos reclamando su devolución».

El ministro de Hacienda y Finanzas destacó la exposición del jefe de Gabinete de la ciudad de Buenos Aires, Néstor Grindetti, en el informe de gestión en la Legislatura, en la que el funcionario dijo: «Sabemos que el contexto actual del país nos demanda ser rigurosos con la administración de nuestros recursos. Por nuestra parte, vamos a seguir avanzando hacia un Estado más ágil y eficiente. Eso es innegociable».

Más allá de las implementaciones técnicas que quedan por resolver, el anuncio para traspasar la deuda del Banco Central al Tesoro también le impondrá al Gobierno un doble desafío hacia adelante: por un lado, deberá contar con el superávit suficiente y además necesitará de que mejore la actividad económica para apuntalar los ingresos.

El equipo económico entiende que el traslado de los títulos del Banco Central al Tesoro elimina una vía de emisión, pero requiere que el Ejecutivo profundice el superávit de sus cuentas para cubrir esos pasivos. Pero para que eso suceda, será necesario mantener el ajuste sobre los gastos y, a su vez, ampliar la recaudación.